

El sueño es un depósito de objetos
extraviados.
No hay que tirarse desde demasiado
alto para no arrepentirse por el camino.
El más sorprendido por la herencia
es el que tiene que dejarla.
A un mentiroso sólo lo cura un
sordo.
El día en que se encuentre un beso
fósil se sabrá si el amor existió en la época cuaternaria.
Las pasas son uvas octogenarias.
Donde el tiempo está más unido al
polvo es en las bibliotecas.
La reja es el teléfono de más corto
hilo para hablar de amor.
Escribir es que le dejen a uno
llorar y reír a solas.
Carterista:
caballero de la mano en el pecho... de otro
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